La del gran Charles Chaplin es una de las más complicadas caricaturas reversibles que he hecho. Los rasgos internos de la cara del cómico se forman con la propia imagen de su cuerpo entero rotado 180º o viceversa. Y así, además de reversible, es una imagen recursiva. Dibujarla hasta encontrar su encaje no me habrá costado mucho tiempo, y eso lo atestigua el precipitado acabado, pero llevo dándole vueltas desde que hice la de Buster Keaton, allá por junio del pasado año. Iba a ser la sigüiente pero no hubo manera de sacarla, obcecado como estaba en encontrar otro personaje distinto al rotarla, como con las demás, y llevo arrastrándola sin mucha fortuna desde entonces.
Ya la había dado por imposible hasta que hace unos días, buscando imágenes para un juego del foro, encontré ese retrato contrastado que es todo un icono. No sé la razón, pero en dicha ocasión la imaginé volteada, y lo primeró que advertí, a parte de ver lo fácil que sería hacer del bigote un bombín, es que las cejas tomaban exageradamente esa forma de sus zapatos con la puntera levantada, y el resto ha sido pan zapato comido. El resultado es un esbozo que pierde parecido, pero mantiene todos los rasgos distintivos de Charlot, y con esa esencia me vale. La animación infinita es provisional porque me quedó chapucera.